11. La sostenibilidad del sistema como tal

 

Este diagrama representa el funcionamiento de una economía en la que la economía general nacional (EGN), representada por las empresas y consumidores, produce bienes y servicios y los consume. Los centros de acumulación de beneficios (CAB) son las empresas y consumidores que ahorran sus ganancias (salarios) en bancos y no las utilizan. Así que los miembros de los CAB también son empleados que no gastan sus salarios, sino que ahorran. Parte de las ganancias acumuladas en los CAB vuelven a circular en la EGN a través de los impuestos. Otra parte de las ganancias (salarios) vuelve a la EGN en parte como ganancia del consumo. El Estado toma prestado de la EGN para sus programas de operaciones y transferencias y estos recursos vuelven a la EGN.

Con base en lo anterior, parece que el capitalismo sin las deudas o la nueva impresión de dinero se va a la quiebra con rapidez. Como todavía «funciona», existe una deuda significativa y la flexibilización monetaria tiene lugar con frecuencia. La cuestión es: ¿cuánto tiempo duraría sin estas muletas? Es decir, cuánto tiempo podría funcionar la economía en los siguientes supuestos:

  • Comercio exterior equilibrado

(No hay superávits comerciales positivos ni superávits positivos de servicios u operaciones financieras).

Es obvio que en caso de flujos externos positivos la longevidad del sistema es mayor. Esto explica los esfuerzos de los países por obtener colonias y la tendencia de las compañías a la exportación, actitud que describí en el «Capítulo 6. Comercio internacional».

Se puede decir que el entorno externo no influye, ni de forma positiva ni negativa, en la estabilidad del sistema. Con déficits comerciales, la situación será lógicamente mucho peor que con un comercio equilibrado.

  • El Estado no toma prestado para sus actividades y el presupuesto estatal está totalmente equilibrado.
  • El Banco Central no imprime dinero nuevo, por tanto, no hay flexibilización monetaria.
  • Los consumidores no se endeudan. Solo gastan lo que han ganado con los salarios.

Antes de continuar con el cálculo, debemos determinar cuándo se dará la situación en la que podamos afirmar que la economía ha dejado de funcionar según lo previsto. Este umbral es un criterio puramente arbitrario, ya que el estado de quiebra puede describirse mediante muchas variables: caída del PIB, nivel de desempleo, tasa de inflación… Para nuestro modelo, estableceremos una caída del PIB del 20%. Creo que no mucha gente afirmaría que todo está bien si la economía estuviera en ese estado.

 

Este modelo simplificado calcula los resultados en función de los supuestos anteriores. El primer año, las compañías esperan ventas por valor de 110 $ y pagan a sus trabajadores salarios de 100 $. Dado que no se dispone del suficiente poder adquisitivo, no se lograrán las ventas planeadas, sino solo ventas de 103 $ (que corresponde al poder adquisitivo disponible, en forma de salarios más 3 $ de impuestos generados el año anterior). Esto significa que no todas las compañías alcanzarán su objetivo y que parte de la producción no se realizará. Suponiendo que todas las compañías que lograron las ventas lo conseguieron en el margen planeado (10 %), se da un coste de base de 94 $ (94 x 1,1 = 103) que representa la producción exitosa de las compañías, que se corresponde con ventas (poder adquisitivo) de 103 $. Parte de este total (9 $ - 3 $ impuestos = 6 $) proviene de los salarios de aquellas compañías que no vendieron nada y quebraron, es decir, que pagaron los salarios pero no obtuvieron ventas. Dado que se da una ganancia este año (algunas compañías tuvieron un 100 % de éxito), el gobierno recauda 2,8 $ en impuestos, cantidad que se distribuye mediante diversas transferencias durante el año siguiente.

El segundo año, las compañías que fracasaron han desaparecido y ya no producen ni pagan salarios. Ya no están porque, de acuerdo con este modelo, pagar los salarios el año anterior agotó todo su capital, así que ya no forman parte de nuestra ecuación. Las compañías que quedan ahora prevén las ventas que obtendrán este año según las del año anterior, es decir, 103 $, y pagarán los mismos salarios que antes, 94 $. Como no tuvieron problemas en alcanzar este resultado el año previo, están convencidos de que este año también lo lograrán. Pero se equivocan: el año anterior las ventas se obtuvieron solo gracias a la contribución de los salarios pagados por compañías que ya no existen porque quebraron el primer año. El poder adquisitivo se incrementará gracias a programas gubernamentales de transferencias financiados por los impuestos de años previos, pero este incremento (2,8 $) compensará solo parcialmente los salarios perdidos (¡9 $!). Por tanto, las ventas reales durante el segundo año representan los salarios pagados: 94 $ + 2,8 $ impuestos = 96 $. Esto significa que, una vez más, algunas compañías no venderán nada y solo serán satisfechos 88 $ de importe de base (manteniendo un 10 % de margen). Se pagarán los nuevos impuestos y el ciclo se repetirá una y otra vez con una economía cada vez menor, financiada, en parte, mediante impuestos, pero que no serán suficientes para compensar la pérdida de los salarios agregados.

Con este escenario particular, un margen de beneficio del 10 % e impuestos del 30 %, ¡el PIB total disminuirá un 20 % en solo 4 años!

Cuando decimos que si no hay suficiente poder adquisitivo en el sistema las compañías no lograrán todo el margen de beneficio planeado, en lugar de que algunas compañías consigan el 10 % completo y otras nada en absoluto, el escenario más probable es que el margen de beneficio de todas las compañías se reduzca.

En ese caso, podemos modelar la situación con diferentes porcentajes de margen ya que al reducir el margen de beneficio obtenido las compañías se adaptarán a menores ganancias y podremos utilizar esta cantidad inferior como base para un nuevo análisis. (Si en lugar de adaptarse y resignarse a beneficios inferiores, las empresas recortaran los salarios para mantener el 10 %, volveríamos al punto de partida y el escenario del 10 % se aplicaría).

Por ejemplo, un margen de beneficio del 2 % da los siguientes resultados:


Podemos comprobar que con un margen de beneficio menor, la economía sobrevive mucho más tiempo (unos 20 años) antes de la caída del PIB en un 20 %.

El objetivo de este análisis es explicarle al lector a través de un modelo sencillo que la economía, sin poder adquisitivo adicional en forma de transferencias financiadas mediante deudas o políticas monetarias, acabará deteriorándose. La existencia de ganancias drena el poder adquisitivo disponible y, por tanto, causa la reducción del PIB año tras año.

La única solución sería si TODOS los beneficios obtenidos se reinvirtieran por completo y regresaran a la economía.

 

No obstante, incluso con una reinversión de los beneficios del 99%, todavía quedaría un obstáculo en el sistema en forma de PIB negativo, aproximadamente un -0.06 % anual. Parece insignificante, pero indica la importancia e inevitabilidad de medidas adicionales de políticas económicas si queremos conseguir un crecimiento positivo del PIB. Las medidas posibles y su impacto en la deuda y la inflación se discutirá con más detalle en los capítulos sobre el modelo.

 

Traducido por Alexandra López Garres